Ha costado volver a retomar el habito de pintar. He empezado volviendo a mis raíces, El Señor de los anillos. Llevo mucho tiempo con el ejercito de Azog entre manos (mas bien entre estantes) y es que me cuesta bastante ponerme con ellos porque las miniaturas no son muy agradecidas de pintar.
Me dan una sensación de frio/calor. Porque realmente no piden mucho: un poco de detalle en la piel y guarrear el resto de pellejos de huargo que llevan colgando. En el primer intento he intentado usar mi sistema habitual para el cuero, y luego ha habido parte de las pieles que las he pintado de rojo como si fuera tela. No ha quedado mal, pero no me acaba de convencer del todo. No les pega ese cuero brillante, sino más bien algo grisaceo.
A los jinetes de huargo les deje la armadura negra porque cuando los miras realmente te centras en el huargo y en el color piel del jinete. En la miniatura a pie la armadura negra quedaba muy sosa.
Con los 6 orcos siguientes he hecho más pruebas. He cambiado la forma de pintar las pieles y he probado con dos colores, pero al final les dejare las pieles de huargo de marrón desgastado. En el siguiente post ya los veréis.
Un saludo.
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